Sorpresa: conecto un disco con Windows 10 instalado en otro equipo y ¡todo funciona a la primera!

Hoy he hecho un descubrimiento sorprendente... por error. Resulta que mi sobrina me regaló un netbook destrozado que ya no funcionaba y que tenía por casa. Aunque pude reinstalar Windows 7 y devolverlo a la vida usando el disco mecánico original, el rendimiento del equipo dejaba mucho que desear. Y no sólo éso: el sistema no reconocía ninguna de las dos tarjetas de red (la ethernet y la wifi).

Después de bajar diversos drivers de la página oficial en otro equipo, copiarlos en un pendrive, pasarlos al netbook, etc, conseguí que el sistema operativo reconociera la tarjeta ethernet. ¡Un primer paso esperanzador! Un Windows Update después, conectado por cable al router de casa, mi gozo quedaba frustado, ya que no había manera de que el sistema encontrara un driver con el que hacer funcionar la wifi.

El equipo había quedado amontonado junto a otros chismes a la espera de disponer de tiempo libre... Y hoy he atacado de nuevo el equipo como parte del plan de limpieza de trastos, cachivaches, etc que tengo en el "despacho".

Había dispuesto un nuevo plan para endrentarme a la situación del equipo: por un lado, instalar un disco SSD de 64GB que tenía por ahí y que, milagrosamente, vuelve a funcionar sin problemas cuando antes no dejaba de mostrar un mensaje de "el disco está a punto de fallar". Por otro lado, instalar Windows 10 esperando que una versión más actualizada del sistema operativo me daría menos problemas de drivers con la tarjeta wifi.
En primer plano el disco mecánico; al fondo, la carcasa del disco SSD. La carcasa es unos dos o tres milímetros más gruesa que el disco mecánico.
La instalación del disco duro me ha deparado un problema que no había previsto: el disco SSD es unos milímetro más ancho que el disco mecánico. Esto ha sido una sorpresa, ya que el problema suele ser el inverso.
En el más puro estilo McGyero, he desmontado el disco, extrayendo el disco de la carcasa y lo he conectado directamente al portátil.


He arrancado el equipo para entrar en la BIOS y verificar que todo funcionaba como debía, y me he llevado una sorpresa al ver que el equipo estaba arrancando con un Windows 10 que había instalado para otro equipo.

Este tipo de situaciones suele acabar con un pantallazo azul, al ser los componentes (procesador, chipsets, etc) completamente diferentes.

Sin embargo, para mi sorpresa, Windows 10 ha detectado todos los dispositivos y ha arrancado con absoluta normalidad. He conectado un mouse, he activado la wifi y lo he lanzado a detectar actualizaciones como si nada.

Update: Los mensajes de aviso de "el disco está a punto fallar" han vuelto :(


En cualquier caso, el rendimiento del equipo es medianamente aceptable, así que quizás invierta en un disco duro SSD de poca capacidad y le de una segunda vida al netbook.

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